miércoles, 18 de noviembre de 2009

Esquiva

Desaparecer del planeta siempre es una opción. Lamentablemente, pocos son los que se atreven. Por mi parte, mis intentos fueron siempre fallidos. Nunca intenten enredar su cabeza en bolsas de tintorería.


También busqué alguna vez, por cierto, inútilmente, la violencia de la Ciudad de México. Caminaba en las noches por la lagunilla, tepito, merced; sin resultados. Al parecer, no provoqué ni la menor intención, a nadie. Nadie dispuesto a hacer el favor a un fugitivo de las relaciones, a un huraño o ermitaño que no tiene mayor diversión que ligarse a todas la mujeres guapas que puede, tan sólo para gozarlas, sin más interés que el sexo. Orgasmos sin compromiso.


Así fue que me convencí de que la muerte huye de quien la busca. Que es esquiva, desdeñosa, como quinceañera con sus padres.

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