sábado, 5 de marzo de 2011

El mismo papel

¿Estás despierta? espero que no. Confío en que el duende del sueño te haya cobijado con su manto y te revitalice. 

Yo, como ya es costumbre, no puedo o no quiero dormir. Y como en infinitas ocasiones, lo primero que se me ocurre es escribirte algo. Me encantaría escribir un texto que realmente te cambiara la vida. O por lo menos que mejorara tus expectativas respecto a ella, respecto de ti en ella.  

Escribir por ejemplo algún secreto, fórmula o hechizo que te permitiera deshacer tus nudos. Pero si tuviera ese conocimiento ¿crees que aún viviera con los míos? nudos marinos; nudos viales; nudos literarios; nudos mentales; nudos afectivos.

He estado elucubrando muy seriamente la teroría de que tal vez soy reacio a dormir, debido al miedo a despertar y encontrar que sigues lejos. O descubrir que sigo siendo el mismo tipo de la noche anterior. Que sólo ha cambiado el adverbio de tiempo y ni siquiera la conjugación. Imagina soportar la carga, la condena, de jugar el mismo papel un día más, por lo menos.

Definitivamente, es mejor seguir despierto, eternamente,  a volver a experimentar esa decepción.

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