lunes, 18 de junio de 2012

Cicatrices

Cuando me voy a bañar ocupo largos minutos para mirarme en un espejo de pared que tengo en la puerta de la ducha. Es un espejo largo y profundo, que parece abarcar la casa de a lado. En ese espejo he descubierto cicatrices que aparecen o desaparecen a voluntad. Hoy por ejemplo, de reojo miré sobre mi pecho una especie de llama, una pequeña flama, como de una fogata que se consume. La revisé con calma, probé borrarla con las yemas de mis dedos, intenté pasar un algodón con alcohol, sólo por no dejar, pero la cicatriz seguía a la vista. Entonces comprendí que era el resultado de muchas noches lejos de ti y por eso te espero afuera de tu casa y mientras sales, escribo para borrar cicatrices que no recuerdo haber visto antes.

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