Darse cuenta de las limitaciones que uno se ha autoimpuesto suele ser causa de un nuevo episodio de insensatez. Y cuando la limitación implica el privarse de compañías deseadas, el rigor con que se mide y castiga tal osadía no tiene parangón.
Y en estas circunstancias la mejor compañía que la soledad permite es el blues de Real de Catorce, y escucho después de pasar un trago de tequila: "Nunca ningún amante es perfecto / ni tiene la sonrisa adecuada. / No siempre dice la palabra dulce; / a veces, ni siquiera sabe hacer el amor".
Mis preguntas del día son constelaciones inacabadas, son hoyos negros que destruyen todo lo que les rodea. Quisiera que estuvieras conmigo para arrojarte a las misteriosas posibilidades de no volver a verte.
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