"No sé si chingarme dos pastillas o seguir tomando tequila" les dije a los dos tipos con quienes estaba en ese antrillo de mala muerte en la zona roja del centro histórico. Y es que me di cuenta de que en menos de cinco minutos la migraña iba a hacer su triunfal aparición. Es como si la muerte chiquita te avisara cuando piensa visitarte y tuvieras tiempo de decidir si esperarla o fugarte, dejarla plantada.
Me salí del lugar en el primer descuido, busqué mi mochila en la entrada y me tomé tres o cuatro pastillas, así, sin agua. Mientras esperaba el efecto decidí caminar por ese barrio bravo y algunas de sus callejuelas y plazas llenas de ebrios, chemos y suripantas.
Atrás del popular teatro Blanquita había una fiesta callejera. Un par de jóvenes, de unos veinte años, me abordaron para pedirme un cigarro. No fumo, les dije. Cuando se empezaban a poner violentos, se acercó otro sujeto como de treinta años y los tranquilizó, diciéndoles que me conocía.
"Este cabrón estuvo conmigo en Santana, cuando andaba en el gabacho" "¿Te acuerdas del tianguis de la pulga?" me preguntó y ya me estaba invitando una cerveza y me encaminaba a una mesa de la fiesta. "Acuérdate que no tomo chelas" le dije, "mejor dame tequila".
Se puso a contar una serie de aventuras que ambos "vivimos" en un poblado llamado Santana. Por lo que me enteré, robamos vinaterías, gasolineras, lavamos carros, pintamos casas, peleamos con unos chinos y hasta estuvimos en la cárcel por andar ebrios en una camioneta. La aventura terminó cuando a él lo deportaron vía Tijuana. En ese punto yo tuve que improvisar una historia de mi espectacular huída de la migra y mi llegada a Los Angeles antes de mi regreso a Tenochtitlan.
Pernocté con esa banda y brindé con El Tepa, El Dandy, El Chiras, bailé con La Rita y con La Gina. Completé las historias que el Memo iniciaba de nuestras andanzas como mojados; y después de todo me lamenté no haber ido nunca al gabacho, y no conocer ese lugar llamado Santana donde debí hacer amistad con mi anfitrión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario