martes, 22 de febrero de 2011

Vulnerable

De alguna manera me he convertido en un observador de sus sueños, de sus proyectos, de sus caídas, hasta de sus fiebres. Y eso no sería nada grave, si no fuera por lo adherente que ha resultado. Soy vulnerable a sus caídas, soy vulnerable a sus triunfos, soy vulnerable a su historia. 

Ahora que lo pienso, no había caído en cuenta de cuándo ni cómo fue que me enganché en este proceso. Francamente eso era un requisito indispensable para que yo tuviera participación en esta obra, pues si hubiera estado alerta de lo que estaba por iniciar, estoy casi seguro de que no me habría prestado para este juego. Y digo casi seguro porque la veo tan cercana a mi propio rastro, que sus huellas parecen remarcar las mías. 

Tal vez encuentro en ella indicios de magia, propia de mi especie. Tal vez presiento que es el elemento que faltaba para terminar la leyenda mística que formulé en años pasados. Leyenda que está a la espera de que alguien escriba su conclusión. Que permanece en pausa, con la apertura de un paréntesis enorme de varios años. Sin luces de emergencia para indicar su alto a mitad del pavimento.

Espero que esta vez, el ser intuitivo, el confiar en mis otros sentidos, no redunde en un suceso infausto que altere gravemente el orden de las cosas.

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