lunes, 24 de enero de 2011

En esta esquina

¿Esperar?, ¿Esperar qué? Como si de un día a otro algo cambiara, como si los sentidos se movieran con hilos invisibles, como una marioneta.  Como un títere sin vida. No lo creo. Y en todo caso: ¿quién mató al titiritero?

Mejor darte por perdida. Prueba no superada. Reto inconcluso. Retirada. Fuga. Salir en desbandada. 
 
Sobra decir que la espera es infame, pútrida, perversa. Que no basta la ilusa promesa de futuro. Que el mañana no existe. Que estamos justo aquí y ahora. 

¿Recuerdas cuando te leí a Díaz Mirón?: "¡No intentes convencerme de torpeza / con los delirios de tu mente loca! / ¡Mi razón es al par luz y firmeza, / firmeza y luz como el cristal de roca!..."  y continúa diciendo el vate: "...¡Confórmate, mujer! ¡Hemos venido / a este valle de lágrimas que abate, / tú como la paloma para el nido, / y yo como el león, para el combate!" 

Ahora toma tus mejores artes, afina tu puntería. Y camina sin tregua hasta el final de los tiempos, que yo, me quedo en esta esquina.

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