Grita, que tu voz se alce por encima de los sonidos que envuelven tu noche. Los sonidos que te hablan y te dicen cosas que no quieres escuchar.
Grita fuerte, que alguien te escuche y te salve. Ahora con tus actos te estás dando cuenta que estás despierta, que tus pesadillas no son tales, que aún no llegan.
Ya no insistas, nadie vendrá a tu ayuda. Estás sola. Voltea a tu alrededor, todos están igual o más asustados que tú.
Grita, ¿acaso tú escuchas los gritos de otros?. Es inútil gritar en una tierra de sordos.
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