Si uno se da cuenta de que existen grandes diferencias que abren un abismo con quien aparentemente es su compañía, ¿debería decirlo? o mejor guardar silencio y esperar a que el tiempo haga su trabajo.
¿Es válido hacer como que nada pasa, o poner distancia de por medio, antes de que la realidad exhiba el gran teatro que se ha formado entre dos mentalidades?. Mi opinión se reduce al hecho de que lo que nos orilla a fingir que nada pasa, es el miedo. Miedo a reconocer un equívoco, miedo a reiniciar lo andado, miedo a enfrentarnos a las preguntas que por siempre harán los demás. Miedo al señalamiento. Miedo, miedo, siempre el miedo.
En lo que a mí respecta, aprendí muy tarde a estar solo. A reconocerme como un ente individual, no colectivo. Lamentablemente cuando me dí cuenta de ello, ya era imposible resolver ciertos asuntos sin dañar a alguien. No porque ese alguien estuviera ligado a mí por algún sentimiento real e irrompible —nada más lejos de la verdad— sino porque también estaba enmedio de un caos. El caos había unido su andar con el mío. Cuando dos equivocados se unen, no puede resultar algo correcto; por el contrario, la equivocación se agiganta. Así que paradójicamente al dañarla le hacía un bien. Me hubiera gustado darle las gracias por todo. Porque, con todo y lo equivocados que éramos, estuvo ahí. Y no niego que en algún momento hubo apego. Sin embargo, la vida se encargó de llevarnos a donde cada uno vislumbraba para sí. No sin antes regalarnos la maravilla de trascender.
Después de aquello, aparentemente, se formó un callo. Ahora es más sencillo colocar puntos y aparte; puntos y seguido; y por supuesto, puntos finales. Es como la primera vez que se tira uno del trampolín de diez metros: al mirar hacia abajo te tiemblan las piernas, se sabe que vas a caer, tan profundo como profundidad tenga la alberca, pero también se sabe que al tocar fondo emergerás y seguramente volverás a subir y a tirarte de nuevo. Con más control. Con más confianza.
Así que finalmente, sé que mientras me mantenga en el ámbito de mis convicciones impecables, estaré bien. Me he sobrepuesto al miedo. Y eso, sí que es una noticia.
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